Nuestra historia comienza con un círculo de amigos cercanos, que soñaban con crear un vino que los enamorara al probarlo. Apasionados por la cultura española, se reunían cada sábado a probar y disfrutar del vino, dejando como huellas de sus aventuras nocturnas los anillos de vino sobre la mesa. Como empresarios locales los unió su espíritu pionero y el instinto para descubrir los territorios y viñas más expresivas. De hecho, cuando La Rioja fue oficialmente reconocida como Denominación de Origen, fue ese instinto el que les dijo que La Rioja sería la nueva sub región para crear vinos premium en España.
Fue así que en 1972 se impusieron la audaz meta de fundar la primera bodega de la región en que tanto creían: La Rioja. Amigo de uno de los miembros del grupo, el Marqués del Puerto puso su sello real en la bodega. Redondo, sólido y carmesí, era la influencia justa que necesitaban para transformar una idea pionera en una referencia inspiradora para los productores españoles en La Rioja.
Con el correr de los años su espíritu innovador salió a relucir, permitiéndoles desarrollar un nuevo perfil de sabor en La Rioja; uno que permaneciera profundamente conectado con la tierra y las tradiciones vitivinícolas españolas. Seleccionaron un equipo de trabajo con el cual establecer una relación duradera, enfocándose en crear vinos balanceados, frescos y frutosos, que nunca comprometieran su calidad. Con la fusión de pasado y futuro, de manufactura tradicional y estilo moderno, siempre creyendo en que… una huella sólo la dejan los pioneros.